jueves, 14 de junio de 2012

Cenicienta, o el sacrificado deseo de agradar

Uno de los cuentos de hadas más conocido es el de la hermosa joven huérfana que es tratada con crueldad por la madrastra y sus hijas; pero finalmente le es reconocida su bondad. ¿Cuántas chicas se identificaban –identifican- con esa historia y era su cuento favorito? ¿Cómo releerlo en el siglo XXI?


Los cuentos de hadas pueden ser “leídos” como metáforas de procesos psíquicos y emocionales. Cenicienta es una joven, víctima de las circunstancias -su madre falleció y su padre se casó con una mujer egoísta y superficial-, marcada por la pasividad y la aceptación. Al parecer, entre las cenizas, la joven tiene que aprender una lección: ¿tal vez ajustarse al ideal de “perfección” que todo lo tolera, y que le garantizará ser la única que calzará el diminuto zapatito? (...) En la vida real, si Cenicienta se conforma con ser la víctima, anulará sus deseos y capacidades. Es erróneo pensar que “si complazco, no cuestiono o me postergo me van a querer más”, es probable que recibamos más… abusos e injusticias. (...) Dejar de agradar a otros de manera compulsiva, de pretender “calzar” en moldes sociales y aprender a agradarnos a nosotras, es un gran desafío. Recordemos a Julia Roberts en Novia fugitiva intentando descubrir cómo le gustaban los huevos a ella, ése fue su primer paso para salir de “víctima” y de ser el blanco de bromas injustas. Para romper el círculo vicioso, hay que llevar el foco que está afuera hacia adentro.


Link a la nota publicada en la revista Rouge (Editorial Perfil):
http://rouge.perfil.com/2012-06-04-8625-cenicienta-o-el-sacrificado-deseo-de-agradar/

1 comentario:

  1. Me gustó mucho la nota de hoy.

    Justamente hoy me hice amigo de unos perros en el bosque estepario (literalmente hablando):

    http://rio-turbo.blogspot.com.ar/2012/06/entre-perros-esteparios.html

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